El universo de Guillermo del Toro, en su nuevo libro
"Tienes que creer en la magia para verla" -Guillermo del Toro-.
Guillermo del Toro ya figura, por méritos propios, entre los grandes directores del cine fantástico (y del cine en general). Y es uno de los pocos realizadores que ha conseguido crear un universo personal. Solo comparable, quizás, al de Tim Burton; aunque mientras el realizador de Eduardo manos tijeras parece haber perdido la inspiración hace tiempo, Del Toro mantiene toda su fuerza visual, como demuestra su última película, Pacific Rim.
Por eso es tan interesante el libro Guillermo del Toro: Gabinete de curiosidades (Norma Editorial) en el que el Mejicano nos revela "Mis cuadernos, colecciones y otras obsesiones", un apasionante volumen en el que el mejicano nos enseña sus cuadernos de notas en los que, desde hace años, apunta y dibuja todas las ideas que se le ocurren, muchas de las cuales han quedadoplasmadas en películas inolvidables como Cronos, Mimic, El espinazo del diablo, Blade II, Hellboy, El laberinto del fauno o Pacific Rim. Pero también nos habla de sus proyectos inacabados como At the mountains of madness, su ambicioso acercamiento al universo de Lovecraft en una película que iba a producir James Cameron y a protagonizar Tom Cruise.
Unos cuadernos que muestran la desbordante imaginación de Guillermo del Toro y que poseen un significado casi mágico para él: "Son una prueba física de mi curiosidad -asegura- Creo que no muestran lo que sé, sino lo que quiero saber, hasta qué punto pensaba en esto o aquello".
Lo único que echamos de menos en el libro, suponemos que por cuestiones de derechos, son sus anotaciones y bocetos de El Hobbit, en la que trabajó durante dos años antes de tirar la toalla por los problemas de financiación de la película que terminaría dirigiendo Peter Jackson (en tres entregas) Y es que somos muchos los que nos hemos quedado con las ganas de ver que podía haber hecho Del Toro con la historia de Tolkien.
"Una de las mayores lecciones que deja Leonardo da Vinci a todos los creadores es que el hombre es la obra de arte" -Guillermo del Toro-
En el libro, que incluye una amplia entrevista a Guillermo del Toro, el realizador nos confiesa sus obsesiones, sus temores y sus influencias, empezando por Leonardo da Vinci y siguiendo por Goya, Mark Twain, Oscar Wilde, Truman Capote, H.P. Lovecraft, Poe, Hitchcock, Felllini, Frankenstein, Richard Corben, Johannes Vermeer, Edvard Munch y los pintores simbolistas (Félicien Rops, Odilon Redon, Carlos Schwabe y Arnold Böcklin).
Y también los cómics: "Bernie Wrightson, Jack Kirby, John Romita Sr.... cualquiera de esos tipos era igual de formativo e influyente que las bellas artes" -confiesa el mejicano-.
Aunque reconoce que sus películas, libros y cómics favoritos eran los de terror: "Dibujaba obsesivamente tres monstruos, el de Frankenstein, el de la Laguna Negra y el de la ópera de Lon Chaney. Y me encantaba esculpir. Con mi hermano hacíamos figuras humanas con arcilla y plastilina (con hígado, intestinos, corazón), las llenábamos de kétchup y las lanzábamos desde el tejado. Así que era un niño artístico pero muy morboso".
A partir de los ocho años, ese niño curioso y obsesionado por el conocimiento, comenzó a rodar sus propios cortos. Y el resto es historia.
"Espiritualmente, mi vida está en Bleak House. Existo en esta casa, de verdad" -Guillermo del Toro-.
El viaje del libo se inicia en el Sancta Sanctorum de Guillermo del Toro,Bleak House, una casa a las afueras de Los Ángeles que el mejicano define como su "cueva" y donde guarda todos los objetos que ha ido acumulando durante toda su vida y que el describe como "Mi colección de basura extraña... todos los libros que he leído y casi todos los juguetes que he comprado en mi vida". Y donde acude regularmente en busca de inspiración.
En esa casa, su segunda residencia y lugar de trabajo, Guillermo guarda más de 550 obras de arte originales y cosas más íntimas como su colección de cómics y libros. Un museo en constante expansión.
Entrar en esta casa es casi como visitar Xanadu, la mansión de Ciudadano Kane, ya que hay tesoros por todas partes. Por ejemplo, lo primero que te encuentras en el recibidor es una enorme cabeza del monstruo de Frankenstein de Boris Karloff y el monstruo Sammael de Hellboy. Y las maravillas continúan, ya que por toda la casa hay diseños conceptuales, storyboards y maquetas de sus películas. También encontramos una intrigante figura de H.P. Lovecraft a tamaño real, la espada del príncipe Nuada deHellboy II, ilustraciones originales de Richard Corben, dibujos de James Whale (el director de Frankenstein, 1931), una escultura del hombre lobo de la película de la Hammer, ilustraciones de H.R. Giger para Alien... Una visita obligada para cualquier aficionado al cine.
Un libro que demuestra el poder de la imaginación y nos descubre los secretos de uno de los cineastas más sorprendentes e imaginativos de la historia del cine. Un creador que ha recuperado la magia del cine.
Fuente: RTVE